Renaciendo ante la Muerte de un Ser Amado

Renaciendo ante la Muerte de un Ser Amado

Por: Licda. Gabriela Guerrero Veliz/ Centro APSI

La muerte, la pérdida de un ser querido, es un evento que marca nuestra vida, de tal forma que no volvemos a ser la misma persona, porque tal crisis nos saca de nuestra zona de confort, moviendo nuestro mundo, podríamos imaginar que tal giro es tan fuerte que todo lo que estaba abajo ahora está arriba y por gravedad “todo cae” pero nada cae en el lugar donde estaba anteriormente, sino todo cae en distintos lugares, y hay polvo, hay ruido, hay desorden, y nosotros no sabemos qué hacer, quisiéramos colocar todo nuevamente en su lugar, pero luego de sufrir una pérdida, nada vuelve a su lugar, pero a todo podemos encontrarle un nuevo lugar, nuestra vida puede volver a tener un orden, para lograrlo hay que reestructurar.

La crisis por la pérdida de un ser querido es un punto de partida, donde nos toca elegir entre dos caminos, es una bifurcación que existe en el camino de la vida, tal elección no es fácil.

Un camino, es el camino del peligro, el cual es más fácil a la vista, parece más accesible y con menos obstáculos, cuando estamos en este camino buscamos actividades para sentirnos anestesiados, como es la fiesta, el bullicio, el alcohol, entre otras sustancias, buscamos olvidar lo inolvidable, evitamos sentir, no aceptamos nuestros sentimientos. El problema es que aunque intentemos olvidar y no sentir eso no es posible, por lo que todos esos sentimientos, ese dolor, esa tristeza, angustia, cólera, rabia por haber perdido a un ser querido se queda adentro de nuestro cuerpo, y nosotros en vez de darle el nombre que le corresponde (estoy triste porque me hace falta mi hermano que murió) le damos otro (estoy triste porque las cosas no salieron como yo quería en la oficina) y no lo resolvemos, entonces todos esos sentimientos se van acumulando y nuestro cuerpo se vuelve como un volcán que esta conteniendo toda es lava, que son todos esos sentimientos reprimidos, y como un volcán que ya no puede retener la lava salen nuestros sentimientos, salen como un volcán en erupción expulsando toda la lava, la cual derramamos sobre personas inocentes, esas personas inocentes son las personas que están cercanas a nosotros, y ahí es cuando un pequeño error de un sub-alterno en el trabajo lo volvemos un error gigante, una pequeña chispa nos hace estallar, pero el problema realmente fue que no aceptamos nuestros sentimientos y estos necesitan salir de alguna manera. Es por ello que el camino del peligro solo nos complica el panorama, ya que, a largo plazo, no nos evita el sentir, lo que evita es que trabajemos en mejorar.

El otro camino es el camino de la oportunidad, este camino tiene mas piedras, tiene obstáculos que debemos afrontar, tiene situaciones que debemos resolver, tiene más polvo, pero conforme vamos transitándolo se va poniendo más plano, se va viendo más perfecto, ya no tiene tantas piedras, pero siempre las hay, la cuales conforme pasa el tiempo son parte del paisaje pero al verlas y pasar por ellas ya no duele, aprendemos a recordar con tranquilidad, con armonía, aprendemos a vivir con nuestra pérdida, este camino trae consigo muchos retos los cuales nos ayudarán a que estemos cada vez mejor con nosotros mismos, en este camino no buscamos olvidar, sino aceptar nuestros sentimientos y los motivos por el cual los sentimos y así aprendemos a manejarlos.

Ante la pérdida de un ser querido no volvemos a ser los mismos, somos distintos, volvemos a nacer, es nuestra decisión de qué forma hacerlo

¿Tú en qué camino te encuentras? ¿De qué manera has decidido renacer?

 

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