Pareciera que fue ayer… pero ya han pasado cuatro años

Pareciera que fue ayer… pero ya han pasado cuatro años

Por :Vilma Marroquín de Rodríguez

El día de hoy hace 4 años, una llamada telefónica a medio día de un domingo, cambió mi vida y la de mi familia para siempre.

“Creemos que su hijo está en la morgue”, fueron las palabras. Han pasado 1460 días, eso es mucho tiempo pensarán unos. Sin embargo, lo he estado meditando en estos días. ¿Cómo puede ser que 4 años sea tanto y al mismo tiempo tan poco? Todo depende de la relación con que lo estemos comparando.

¡Cuántas lágrimas derramadas! Muchas, muchísimas, es más, nunca pensé que pudiera tener tantas.¿Cuántas preguntas sin respuesta! ¿Cuántos sueños, ilusiones y planes que nunca llegaron!

Y en medio de todo esto, aquí estoy, aquí estamos los Rodríguez Marroquín, tres en la tierra y uno que ya regresó a casa: el cielo. El hogar donde nos reuniremos por una eternidad.

Parece tan extraño, tan increíble, pero los planes y propósitos de Dios para nuestra familia se siguen cumpliendo. Nunca pasó por mi mente que de una situación tan fuerte y dolorosa, que de unos corazones quebrantados y hechos pedazos, pudiera salir algo donde vidas fueran consoladas y el nombre de Dios glorificado.

Los caminos del Señor no son los nuestros, pero si El es el alfarero y nosotros el barro en Sus Manos, tiene todo el derecho de hacer nuevas vasijas con nuestros corazones.

¡Nuestro Alex vive! Esa es nuestra fe y nuestra confianza. Nos impulsa saber que al extender una mano de amor a los que inician su proceso de duelo, su propósito de vida aquí en la tierra y de regreso al hogar celestial se sigue cumpliendo a través de nosotros acá.

No ha sido fácil, es más, ha sido difícil y cuesta arriba, pero la verdad, 4 años después, me imagino a Alex preguntándome: “¿Qué onda mami? ¿En que andas? ¿Qué estás haciendo? Y yo respondería: “Sirviendo al Señor mi hijo, en lo que El nos encomendó: Caminando Juntos en medio del dolor y la ausencia”. El sonreiría y se despediría así: “ Que bueno mami, seguí así” “Ahhhh y no estés triste, recordáte los buenos momentos que pasamos y que pasaremos. Te amo”

 NUESTRO DIOS HABITA CON EL QUEBRANTADO DE CORAZON Y HUMILDE DE ESPIRITU PARA HACER VIVIR EL ESPIRITU DE LOS HUMILDES Y PARA VIVIFICAR EL CORAZON DE LOS QUEBRANTADOS. IS 57:15