Por: Vilma Marroquín de Rodríguez
Puede que seamos amigas cercanas, que solo nos conozcamos de vista o que jamás hayamos tenido el gusto de vernos. Lo que es seguro, es que si has pasado por la dura experiencia de enterrar un hijo… hay muchos lazos del alma que nos unen sin siquiera conocernos.
Qué dia más difícil de enfrentar, ¿ verdad? «La celebración del Día de la Madre». Vienen tantos recuerdos a nuestros corazones, y hay mucho dolor, dolor de ausencia por el hijo que se ha adelantado en este viaje sin retorno.
Las personas a nuestro alrededor no se pueden ni imaginar lo que sentimos. Este dolor solo es entendido por otra «mamá por siempre».
Jamás nos pasó por la mente que esto podría sucedernos, pero nos pasó. Nunca imaginamos que sobreviviríamos a semejante dolor, pero sobrevivimos. Pensamos que la sonrisa no volvería a adornar nuestro rostro, pero con el tiempo, lo ha hecho. Por supuesto, de una manera distinta, porque simplemente no somos las mismas. El quebrantamiento de nuestro corazón nos formó de nuevo. Las piezas se armaron de manera diferente.
Algunas decidimos dejar que Jesús nos moldeara como barro en Sus Manos y que esculpiera una vasija especial, una que pudiera llenarse del amor que sólo El puede dar. Al hacer esto, podemos volver el dolor mas grande en un instrumento útil para que otras en el caminar puedan recibir aliento, consuelo, esperanza y amor.
Otras, por el contrario, hemos decidido no caminar mas y quedarnos estacionadas en el momento en que nuestros hijos partieron. La senda menos complicada era darse por vencida y pensar que ya nada valía la pena. Llenar el corazón de amargura, odio, resentimiento y enojo con Dios, con los que nos rodean y con la vida. Esto era lo fácil y parecía que al fin y al cabo tenemos el derecho de hacerlo.Tristemente al tomar este camino arrastraremos a los que amamos y nos aman, y que aún viven con nosotros.
Amiga, te animo en este día a decidir por la vida.
A aprender “poco a poco”, a integrar la memoria de nuestro hijo (a) y amarle en el recuerdo. Muchas veces pensé que seguir adelante era olvidar, pero estaba muy equivocada y puede que sea lo que te esté pasando. Ellos vivirán por siempre en nuestro corazón, ya que simplemente son parte nuestra. Con los que tenemos acá, decidamos ser intencionales y crear recuerdos inolvidables para que cuando alguien ya no esté, tengamos esos valiosos momentos que son los tesoros que nos quedan.
Las mujeres somos dadoras de vida por diseño de Dios. Aún podemos darle vida a otros. Nunca es tarde y no me refiero a tener otros hijos físicamente, porque al final un hijo jamás sustituirá a otro y además algunas ya no podemos Pero Dios es el Dios de nuevas oportunidades. Podemos ser dadoras de amor, consuelo, esperanza, paz , etc. para otros. Aprovechemos cada minuto, porque: La vida es bella y todavía tiene un propósito para ti y para mí también.
He pasado por lo mismo que tú. Uno de mis hijos vive en el cielo y ha sido la experiencia mas dolorosa que una madre puede tener, pero hoy estoy aquí, junto con mi hija y mi esposo, para decirte a tí querida amiga:
«Vas a Sobrevivir, Vas a Lograrlo»
El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Solo el amor vive para siempre.
ICor.13:7,8 TLA
Te deseo con amor, un bendecido Día de la Madre.
Vilma M. de R. “Una mama por siempre”