Por: Kay Warren. Traducción: Angélica de Rosales
A medida que se acerca el primer aniversario de la muerte de Matthew, he sido sorprendida por algunos comentarios sutiles y otros no tan sutiles indicando que tal vez ya debería estar lista para “seguir adelante”. El suave, compasivo capullo que nos ha cubierto en los últimos 11 meses ½ me ha arrullado a creer que los demás serian pacientes con nosotros en nuestra travesía de duelo, mientras estoy segura que muchos leerán esto y dirán rápidamente “Tomen todo el tiempo que necesiten,” me doy cuenta que el capullo puede estar en el proceso de colapsar. Es entendible cuando uno da un paso hacia atrás, quiero decir, la vida sigue. Los miles que nos apoyaron en el tiempo posterior al suicidio de Matthew lloraron y se dolieron con nosotros, oraron intensamente por nosotros, nos enviaron gran cantidad de tarjetas, cartas, correos electrónicos, textos, llamadas telefónicas y obsequios. El apoyo fue absolutamente increíble. Pero en esencia, la vida nunca se detuvo – el mundo de todos ellos no se detuvo y se convirtió para nosotros en algo horroroso, catastrófico ese 5 de abril del 2013. De hecho, para todos sus vidas han continuado de una manera estable hacia delante con tareas, rutinas, trabajos, niños, tiempo libre, planes, sueños, objetivos etc. LA VIDA CONTINUA. Y algunos de ellos están listos para que nosotros sigamos adelante también. Ellos quieren de regreso al viejo Rick y Kay. Ellos secretamente se preguntan cuando las cosas van a regresar a la normalidad para nosotros – cuando seremos los mismos, cuando la tragedia del 5 de abril 2013 dejara de ser la rejilla por la que nosotros pasamos todo. Y yo tengo que decirles – que el viejo Rick y Kay ya no están. Nunca van a regresar. Nunca volveremos a ser los mismos. Hay una nueva “normalidad”. Abril 5, 2013 nos ha marcado de forma permanente. Seguirá siendo la rejilla por la que pasamos todo por una cantidad de tiempo indeterminado….. tal vez para siempre.

Debido a que estos comentarios de personas bien intencionadas me han herido tan profundamente llegue a dudar y pensar que tal vez no estoy llevando el duelo “correctamente” (lo que sea que eso signifique). Me preguntaba si estaba muy sensible- así que pregunte a padres que han tenido perdidas para ver si mi experiencia era única. Descubrí que no era así. “Por lo menos sabe que puede tener otro hijo” fue algo que le dijeron a una mama poco tiempo después de haber perdido a su hijo. “Estas mejor verdad?” me preguntaron a mi recientemente. “Cuando vas a regresar al frente en Saddleback? Te necesitamos” me dijo alguien recientemente sin tener idea de lo que decía.
“Las personas pueden ser tan ruda y poco sensibles, hacen cada comentario sin pensar,” dijo un padre que esta en duelo. Usted sabe, no ha pasado tanto tiempo desde que lo adecuado en nuestras culturas para que las personas estuvieran oficialmente en duelo era un año. Se usaba el negro. No se asistía a fiestas ni celebraciones. No se sonreía demasiado. Y todos aceptaban su periodo de duelo; nadie ridiculizaba a una madre de negro o le hacían preguntas estúpidas de por qué TODAVIA estaba tan triste. Obviamente, esto ya no es una practica aceptable; ahora a los dolientes se les alienta a seguir adelante rápidamente, dar la vuelta a la esquina, regresar al trabajo, pensar en lo positivo, estar agradecido por lo que les quedo, tener otro bebe, y todo otro tipo de comentario sin sentimientos, tonto, y realmente cruel. Que dice todo esto de nosotros – aparte de que nos sentimos terriblemente incomodos con la muerte, el duelo, el dolor, la perdida – o que estamos tan absortos en nosotros mismos que fácilmente olvidamos el sufrimiento profundo que la perdida de un hijo crea en los destrozados padres y los otros hijos.
A menos que usted haya estado a la par de la tumba de su hijo o sostenido la urna que contiene sus cenizas, lo mejor que puede hacer es mantener sus comentarios con frases simples: “Siento mucho su perdida.” “Estoy orando por usted y su familia.” Evite las preguntas sin sentido, “Como se siente?” Esta pregunta es casi imposible de responder. Si usted es una persona extraña a la familia, no le importa. Si es alguien conocido, es terrible tratar de contestarle honestamente y deja al doliente sin saber si mentirle (estoy bien) para finalizar la conversación o si deberían tratar entrecortadamente decirle que es como que su brazo derecho lo hubiera amputado y no saben como seguir adelante sin el. Si usted es un amigo cercano, trate de decir algo como, “No tienes que decir nada, estoy contigo en esto.”
Ninguno de nosotros queremos ser como los amigos de Job – los pseudo consoladores que casi lo vuelven loco con tantas preguntas, sus conclusiones erróneas y conjeturas a cerca de su dolor. Pero frecuentemente terminamos como unos de los amigos de Job: Bildad,Elifaz o Zofar en el siglo 21 – tratamos de llenar ese silencio incomodo con palabras que hieren en lugar de sanar. Me siento triste al darme cuenta que aun ahora – en medio de mi desgarradora perdida – puedo ser insensible con el dolor de otros y precipitarme a través de la conversación sin realmente escuchar, diciendo sin pensar muy bien las cosas lo que yo había detestado cuando me las decían a mi. No somos buenos para el dolor y cuando lo juzgo a usted, también me juzgo a mi misma.
Esta es mi petición: Por favor nunca le diga a alguien que este agradecido por lo que se ha ido hasta que hayan tenido la oportunidad de pasar por el duelo de lo que han perdido. Esto tomara mas tiempo de lo que usted piense que es razonable, racional o aun correcto. Pero eso esta bien. Los amigos verdaderos – contrarios a los de Job – aman en todo tiempo, y los hermanos y las hermanas nacen para ayudar en tiempos de necesidad (Prov. 17:17). Los verdaderos amigos y “ayudadores” son aquellos que esperan que el doliente salga de la obscuridad que se lo trago vivo, sin sentir miedo, ansiedad o ser impaciente. No presionan a su amigo para ser la persona que era antes; estarán dispuestos a aceptar que las cosas son diferentes, a abrazar a la persona que aman quien ahora tiene una cicatriz, y confían en que su presencia compasiva sin ser demandante es la mas segura expresión de la misericordia de Dios para su amigo en sufrimiento. Esos amigos se sienten bien con esas respuestas confusas, lentas y cortas…. Y nunca dicen “sigue adelante.”